A través del mundo existe un gran cantidad de costumbres y castigos para
algunas personas, en el caso de Irán es un brutal castigo para los adúlteros, a tal grado que si los descubren o
tienen pruebas son lapidados y causar hasta la muerte.
Aunque el presidente de la Magistratura de Irán, el ayatolá Shahroudi, concedió una moratoria de lapidación en
Irán en 2002, la práctica aun es usada como castigo para aquellos que son
encontrados culpables de adulterio. Tan solo entre el 2002 y el 2010, un total
de 51 personas fueron condenadas a morir lapidadas en
Irán por el delito de adulterio. En el Código Penal Islámico de Irán se señala con particularidad de detalles el
proceso y la forma en que ha de llevarse a cabo el acto, a continuación te
presentamos un resumen sobre esta abominable práctica.
Los oficiales de la ley y
testigos involucrados en el caso son convocados a presentarse 48 horas antes
del tiempo programado de ejecución. La ley estipula que las ejecuciones tendrán
lugar al amanecer. El artículo 10 instruye al representante del clérigo
aconsejar al condenado sobre el arrepentimiento, compartir su última voluntad y
sugiere que él o ella se sometan a un ritual previo al entierro donde son
lavados con agua de loto, alcanfor y agua pura con anticipación a la
lapidación, de forma que el cuerpo se encuentre listo para ser
sepultado después de la ejecución.
En el artículo 12 se menciona que si el condenado
solicita bebida o comida, los oficiales están obligados a proporcionarla
excepto cuando la petición tenga como objetivo retrasar la ejecución de la
sentencia.
En el artículo 102 se dicta la
forma en que se prepara al condenado para su ejecución: se le atan las
manos y es envuelto en un sudario blanco de tres piezas siguiendo las prácticas
de los entierros musulmanes.
El Comité Internacional Contra la Lapidación da cuenta
del caso de una mujer que fue colocada al lado del pozo mientras era cavado,
después lo arrojaron, y posteriormente la retiraron cuando notaron que no tenía
la profundidad suficiente. Su agonizante espera por la muerte se vio prolongada
mientras escuchaba el sonido de las palas.
El instrumento justo de
ejecución
En el artículo 104 se indica: “el
tamaño de la piedra usada en la lapidación no deberá ser tan grande como para
matar al convicto con uno o dos impactos y al mismo tiempo no deberá ser
demasiado pequeño”. Es por eso que los guijarros se descartan, pues son rocas
lo suficientemente grandes como para matar rápidamente. Como lo explicó la
revista Slate, las rocas deben tener “el tamaño aproximado de una mandarina”.
El día de la lapidación
Los agentes del orden o los
oficiales de la prisión están obligados a, según sea el caso, primero cavar el
pozo donde tendrá lugar el castigo como se especifica en el artículo 102 del
Código Penal Islámico de Irán y disponer algunas rocas en el lugar, del tamaño
especificado en el artículo 104 del mismo código. El juez a cargo de aplicar el
castigo deberá, en primer lugar, inspeccionar las preparaciones mencionadas
arriba y después, tras aprobarlas, expedir la orden para ejecutar la sentencia.
Artículo 16: Los oficiales a cargo de la sentencia están obligados a
examinar e inspeccionar minuciosamente la implementación de los instrumentos,
aparatos y equipo para asegurarse de que sean robustos y estén listos para
ejecutar la sentencia.
Los ya citados artículos no
deberán infligir tortura, tormento o mutilación al condenado más
allá de lo requerido por la sentencia. Por otro lado, la entera implementación
del proceso deberá ser ejecutada por individuos expertos con calma y sin
ejercer violencia.
El artículo 23 dictamina: si la sentencia de
lapidación está basada en una confesión del condenado entonces, al momento de
la ejecución, el juez lanzará la primera piedra y luego las demás personas. Y
sigue: pero si la condena está basada en el testimonio de los testigos,
entonces estos serán los primeros en lanzar las piedras, después el juez y
luego las demás personas.
¿Quiénes son esas “otras” personas? Las
leyes iraníes en una primera instancia tenían como propósito que la lapidación
fuera llevada a cabo en público, con la participación de la comunidad – la ley
incluso encarga que el procedimiento sea grabado y después difundido a través
de los periódicos y otros medios.
Se dice que los actos de lapidación toman entre veinte minutos
y dos horas. Según el Comité Internacional Contra la
Lapidación, el doctor reclutado para supervisar la ejecución (a menudo contra
su voluntad) periódicamente detiene el procedimiento para revisar si la víctima
ha muerto. Si no, la lapidación sigue su curso.
Los observadores creen que desde el 2006, los
verdugos que arrojan las piedras suelen reclutarse a partir de grupos
paramilitares voluntarios. Activistas de los Derechos Humanos
asumen que el hombre adulto comprende la mayoría del grupo que arroja las
piedras, pero no se conoce si existe alguna restricción de edad o género.
Artículo 103: establece que los adúlteros convictos a partir de una
confesión pueden quedar en libertad si logran escabullirse del hueco
durante su ejecución.
En el 2008 Amnistía Internacional reportó de una
forma muy superficial que las mujeres están en clara desventaja en este punto.
La información y las imágenes contenidas en esta publicación provienen
de una infografía de Adam McDowell y Richard Johnson para el National Post.
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