El
futbol es un deporte que es practicado por miles de personas y que
tiene cierto cuidado para hacerlo. Es muy bueno poder practicarlo ya que nos
ayuda mucho a nuestro cuerpo quemando grasa, pero mira lo curioso y peligroso que puede ser cabecear una pelota.
Se
estima que cabecear el balón 1000
veces, algo que se puede lograr en la infancia, puede llevar a daños
incurables en sus cerebros, dicen los expertos.
Y
es que el cerebro de los jóvenes “están en desarrollo”, porque lo que una serie
de balonazos puede matar sus
células.
¿Cómo se llegó a esta
conclusión? Fue un equipo de médicos neurológicos en los Estados Unidos,
quienes observaron los cerebros de 38 futbolistas
amateurs de 30 años. Se les pidió que calcularan en número
aproximado de cabezazos que dieron al balón desde que comenzaron a jugar.
A estos jóvenes se le buscó posibles daños cerebrales por cabecear con frecuencia la pelota, y en ellos se les encontró algún grado de lesión.
¿Cómo les afecta?
De
hecho, cinco áreas en el lóbulo frontal y la parte
trasera inferior del cerebro se vieron afectadas. Estas son las
responsables de la atención, la memoria
y la capacidad visual. En otro estudio con los mismos jugadores, se les
hizo una prueba para evaluar la función cerebral.
En la
mayoría de resultados se vio problemas
en la memoria verbal y pruebas de velocidad con la coordinación.
Ahora, se pueden introducir nuevas pautas para los padres, escuelas y clubes
deportivos, aunque aún no se ha marcado un límite de edad para indicar que el
cerebro se ha desarrollado lo suficiente como para evitar daños.
En
2002, un juez de instrucción vinculó la muerte del jugador inglés Jeff
Astle, de 59 años, y leyenda del West Bromwich al hecho de cabecear el balón.
Se dictaminó que murió a causa de un daño cerebral causado por “accidente
laboral”.
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