Los años no pasan en vano, y para muchos de
estos mandatarios han dejado huellas
en su aspecto físico.
Arrugas, canas,
pérdida de cabello, cambios de peso… en fin, existen muchos cambios físicos que pueden ser señales de que el tiempo está
pasando y el envejecimiento del cuerpo se hace notable, pero no sólo
eso, pues también son los peores enemigos de las personas que se encuentran en
el ojo de todos los medios y personas.
Específicamente los políticos son
las principales víctimas de estos cambios, y es que debido a su importancia a nivel mundial y a los largos años que
pasan en el poder, el paso del tiempo es especialmente notable; además, varios
son los científicos que buscan demostrar que, precisamente los presidentes, envejecen de manera más rápida…
La muestra para el análisis incluyó un total de 540
candidatos, 279 ganadores de elecciones y 261 aspirantes que nunca llegaron al
poder, de los cuales 380 habían muerto a fecha del 9 de septiembre de 2015.
Los jefes de Gobierno electos y que ejercen su cargo tienen mayor riesgo de morir que sus rivales que no
ganaron las elecciones, lo que sugiere que envejecen antes, concluye un estudio
publicado en la última edición del "British Medical Journal".
Un equipo de
científicos liderado por Anupam Jena, investigador de la Universidad de Harvard y
el Hospital General de Massachusetts (EEUU), analizó datos electorales
históricos de 17 países y comparó la trayectoria de los líderes electos con la
de aspirantes que no fueron elegidos, en un periodo comprendido entre 1722 y
2015.
Para las
expectativas de vida históricas, utilizaron tablas de referencia de Francia y el Reino Unido, que aplicaron a países que consideraron de
características similares, como España, Grecia, Reino Unido, Francia o Nueva
Zelanda.
El objetivo
de la investigación era determinar "si ser elegido jefe de Gobierno está asociado con una mortalidad acelerada",
lo que se comprobó "comparando las diferencias en supervivencia entre los
líderes electos y los aspirantes que no fueron elegidos y nunca
sirvieron".
Los
científicos, que aplicaron el sistema de regresión de Cox, observaron que los
políticos que sirvieron como jefes de Gobierno vivieron de media 4,4 años menos
después de su última elección que los candidatos que nunca llegaron al poder.
Dado que, de
media, los líderes electos eran 3,8 años más viejos en el año de su última
elección comparados con los aspirantes, se aplicó un ajuste por expectativa de
vida, lo que arrojó que los que llegan a gobernar viven unos 2,7 años menos que
sus rivales no electos.
"Ser
elegido jefe de Gobierno se asocia con un incremento sustancial del riesgo de
mortalidad, comparado con candidatos en elecciones nacionales que nunca
llegaron a servir", constatan los expertos.
"Nuestros
resultados sugieren que los líderes
electos pueden verdaderamente envejecer antes", aseveran.
La muestra
para el análisis incluyó un total de 540 candidatos, 279 ganadores de
elecciones y 261 aspirantes que nunca llegaron al poder, de los cuales 380
habían muerto a fecha del 9 de septiembre de 2015.
Los países
analizados fueron, además de los mencionados, Australia, Austria, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Alemania, Irlanda,
Italia, Noruega, Polonia, Suecia y los Estados Unidos.
Los
científicos contabilizaron los años de vida de los políticos después de la
última elección, teniendo en cuenta la expectativa de vida de una persona media
de su misma edad y sexo, en base a las tablas históricas de referencia francesa
y británicas.
Aplicaron el
modelo de supervivencia de Cox y asumieron que todos los candidatos tendrían el
mismo estatus socioeconómico y la misma expectativa de vida en principio,
siendo la única diferencia el ejercicio del cargo en el poder.
Los científicos, que realizaron el estudio para completar análisis anteriores
contradictorios, señalan que sus conclusiones son "limitadas", pues
no se contó con datos específicos de cada país y además la expectativa de vida
de los sujetos analizados pudo variar en realidad dependiendo de su origen social.
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